martes, 17 de agosto de 2010

Después no entendemos por qué la juventud está perdida. Es culpa de las maestras jardineras

Esta tarde, cuando retiré a Delfina del Jardín, me disculpé con la maestra por las manchas de colores en su pintor. Le comenté que le había comprado acrílicos y que se había entusiasmado pintando todo, incluso la ropa que llevaba puesta. No sale, le dije. No te preocupes mami, respondió la maestra argumentando que eso generaba bla bla bla en la motricidad de los niños y no sé cuántas cosas más. Ya va a pintar un cuadro, me dice, yo le comento que ya tiene dos, que junto con los acrílicos llevé unos bastidores para que experimentara.
La maestra contenta le dice a Delfina, que todavía no cumple 3: entonces vas a ser pintora! y me comenta a mí "mirá cuando la veamos en la tele". Me desconcertó el comentario, no entendí bien la relación entre la pintura y la tele pero estoy segura de que ella supone que al éxito lo pasan por TV, vaya a saber uno a qué hora. Y pensar que mi hija pasará en su vida más horas escolarizada que conmigo. Otra generación perdida, no se puede hacer nada. Ojalá de grande llegue a ser Emo.

2 comentarios:

Ivan Tessai dijo...

Excelente... si se me permite la valoracion compañera Cecilia!

Palabrascromáticas (Cintia Rogovsky) dijo...

Estaría casi por completo de acuerdo, sino fuera porque varias de las maestras de la primaria me hicieron ver con simpatía y hasta evocar con nostalgia a estas amantes de los diminutivos de los jardines